Alabado sea Jesús y María, ahora y siempre, Amén.
¡Feliz Día del Padre a todos los padres! Hoy, el duodécimo domingo del tiempo ordinario, está notablemente dedicado a todos los padres porque todos ustedes son extraordinarios. Dios te creó para una vocación y una misión increíbles. Existes no solo para proveer, sino también para inspirar y guiar a tu familia en la dirección en la que Dios se encuentra, se experimenta y se le da la máxima prioridad. Conozco los tremendos desafíos de ser padre, pero tu amor desbordante por tu propia familia siempre te motiva a dar lo mejor de ti por ellos. Su dedicación, amabilidad y sacrificios incansables son ahora, una vez más, altamente reconocidos y honrados. Su papel especial para salvaguardar y apoyar a la sociedad, la Iglesia y especialmente a su propia familia siempre será su increíble legado. Vives para hacer la vida de los demás más significativa y fructífera.
Este año hace que tu paternidad sea un poco más especial porque todos estamos en el contexto de la celebración del año de San José. La Iglesia nos está ayudando a todos a profundizar nuestro entendimiento y reconocimiento de la tremenda paternidad y santidad de San José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús. Fue elegido y llamado a desempeñar un papel muy importante en la vida de María y Jesús para que se cumpliera el maravilloso plan de Dios. Y los evangelios nos brindan información sobre cómo José respondió con rectitud al llamado de Dios para él. Como persona justa, opera de la manera que Dios quisiera que lo hiciera, coopera con el plan de Dios y, lo más importante, incorpora totalmente su vida a Dios. Esa es la paternidad y santidad de San José en pocas palabras. San José fue, es y siempre será el ejemplo de todos los padres. Enciende el mundo con su extraordinaria obediencia e incuestionable humildad. Está pensando bien. Está actuando bien. Todo va bien en él porque está bien al realizar la Voluntad de Dios.
Con ese sentimiento, no solo extiendo mis más sinceros saludos de Feliz Día del Padre a todos los padres, sino que también me gustaría desafiarlos a que imiten la paternidad y la santidad de San José de la
mejor manera que puedan. Quizás puedas hacer eso siendo siempre:
Faifthful (Fiel)
Amiable (Amable)
Truthful (Confiable)
Humble (Humilde)
Example of obedience (Ejemplo de obediencia)
Responsible and (Responsable y)
Simple (Sencillo)
En el evangelio de hoy se nos recuerda que las cosas no siempre salen como esperamos. Los discípulos asumieron que tendrían un viaje tranquilo porque Jesús estaba con ellos. Pero, he aquí, se levantó un viento feroz y las grandes olas los pusieron en peligro real. Los discípulos nunca pensaron que les pasaría este tipo de situación porque Jesús estaba con ellos. Sin embargo, el evangelio termina con un poderoso mensaje de lo que Jesús hizo entonces. “’¡Tranquilo! ¡Cállate!’ El viento cesó y hubo una gran calma” (Marcos 4:39). Aquí nos damos cuenta de que no podemos controlarlo todo. No tenemos el control. Dios es. No podemos hacer que las cosas sucedan de la forma en que queremos que se desarrollen. No podemos controlar el futuro. No sabemos qué nos depara el futuro. Sólo Dios sabe.
Creo que esta es una de las cosas que todos deberíamos considerar este fin de semana. Confiemos en Dios. Permitámosle ser el Dios de nuestra vida y nuestras actividades diarias. Deseo que todos nosotros, especialmente nuestros padres, seamos más confiados en Dios y verdaderamente conscientes de que Él tiene el control. ¡Aprendamos a rendirnos!
Que Dios les bendiga a ustedes y a sus familias,
P. Joel Ricafranca, RCJ
(Párroco Asociado, Parroquia de San Jerónimo)