labados sean Jesús y María, por los siglos de los siglos. Amén.
En este cuarto domingo de Pascua, celebramos el domingo del Buen Pastor. La Iglesia reconoce a Jesús resucitado como el Buen Pastor. Este Pastor escucha a sus ovejas, y sus ovejas le escuchan también a Él. Su voz es como música para los oídos de sus ovejas. Él las conoce y ellas le siguen. Este Buen Pastor da su propia vida para que sus ovejas obtengan la vida eterna. Ninguna oveja perecerá bajo su guía y cuidado. Y ni siquiera una sola oveja puede ser arrebatada de Su mano. El Buen Pastor pastorea con amor y muestra un sacrificio incansable por sus ovejas.
Este fin de semana también celebramos la 59ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Es una forma de recordar que la Iglesia, el Cuerpo de Cristo o el rebaño del Buen Pastor, sigue teniendo una gran necesidad de muchas vocaciones santas. Celebramos esta Jornada anual de Oración por las Vocaciones para que muchos de nosotros tengamos una conciencia activa de que podemos contribuir con nuestra oración a las necesidades de nuestra Iglesia hoy. La Iglesia necesita buenos y santos obreros para seguir sirviendo a muchas personas, especialmente a las que están abandonadas como ovejas sin pastor. Uno de los objetivos de esta Oración por las Vocaciones en este Cuarto Domingo de Pascua es cumplir el gran, vital y divino mandato de Jesús, nuestro Buen Pastor, que dice: “La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen, pues, al dueño de la cosecha que envíe obreros a su cosecha.” (Lc. 10,2)
San Aníbal María Di Francia (1851-1927), patrono de la Oración por las Vocaciones y padre de los huérfanos y de los pobres, fundó las congregaciones religiosas de los Padres Rogacionistas y de las Hijas del Divino Celo para pedir perpetuamente al Señor de la Cosecha que dé a su Iglesia buenos obreros. San Aníbal pasó fielmente su vida trabajando en la viña del Señor mientras le pedía constantemente que proveyera a la Iglesia de santos ministros ordenados, personas consagradas y líderes laicos. Creía verdaderamente que la oración por las santas vocaciones es una clave esencial para que la Iglesia se llene de obreros dedicados a extender el cuidado y el amor del Buen Pastor por su rebaño.
Envía, Señor, Apóstoles Santos a tu Iglesia. Esta es la oración que responde a la instrucción del Señor de pedir al Señor de la Cosecha que envíe obreros a Su cosecha. Como comunidad de San Jerónimo, ya estamos haciendo esto cada día. Esto ya forma parte de nuestra vida espiritual. Sin embargo, tenemos la obligación de promover y difundir esta oración por las vocaciones. Esta es también la invitación del Papa Francisco que dice: “Pido a la Iglesia que siga promoviendo las vocaciones. Que toque el corazón de los fieles y permita a cada uno de ellos descubrir con gratitud la llamada de Dios en su vida, para encontrar el valor de decir ‘sí’ a Dios.” La vocación es un don precioso que viene de Dios. Este don se da a todos. Todos vivimos porque Dios nos ha dado la vocación de amar. Vivir en el amor es nuestra auténtica respuesta a la llamada de Dios. La vocación que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros debe traducirse en amar a Dios y al prójimo. Nuestro sí al amor es también nuestro sí a Dios.
Mis queridos feligreses de San Jerónimo, rezar Envía, Señor, Apóstoles Santos a tu Iglesia es nuestro sí real al mandato divino de Jesús, nuestro Buen Pastor. Como comunidad de creyentes, sigamos escuchando, discerniendo y viviendo cada día la llamada de Dios para que también nosotros seamos la respuesta a nuestra propia oración vocacional. Rezo para que sus familias sean un verdadero semillero de vocaciones santas. Deseo que en sus propias profesiones sean capaces de fomentar un verdadero carácter de buen obrero. El verdadero carácter de un buen obrero es ser una buena oveja para el Buen Pastor y ser un buen pastor para las ovejas.
¡Felices Pascuas! Que tengan una significativa celebración de este Domingo del Buen Pastor y de la 59ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. ¡Envía, Señor, Apóstoles Santos a tu Iglesia!
¡Que Dios los bendiga a ustedes y a sus familias!
P. Joel Ricafranca, RCJ
Párroco Asociado